Abriendo puertas
Una tarde te llaman a un despacho y te dicen que no te necesitan. Sin más. Una frase hace que cambie tu vida. Si para uno es una situación dramática, más lo es para quienes te quieren.
No dudas ni un instante y vuelves a la carga. Te empiezas a mover por portales de búsqueda de empleo, empresas de trabajo temporal y crees que los resultados llegarán pronto, pero no es así. El desánimo empieza a apoderarse de tí. Las prisas, siempre malas consejeras, te llevan a precipitarte, a tropezar con esa piedra que piensas que algún cabrón ha puesto en tu camino cuando la verdad es que esa piedra ha estado ahí siempre y es tu visión túnel la que te conduce irremediablemente a ella una y otra vez.
Comienzan las inseguridades, la pérdida de autoestima y tu comportamiento hacia los demás empieza a ser distinto. Hay quienes ni siquiera te reconocen. Te obsesionas en seguir abriendo las puertas que hacía unos días se te cerraron. Entras en un bucle del que parece difícil salir.
El ser humano es así de estúpido y hasta que no saltan todas las alarmas y ves que si no tocas el freno te vas directo al precipicio, no reaccionas. Además lo haces porque en ese vehículo suicida no vas solo.
Entonces tomas aire, te paras y miras a tu alrededor. Observas sorprendido que el mundo está lleno de puertas. Te das cuenta de que quienes creías que te ayudarían te dan la espalda; te compran un pez cuando lo que necesitas es una caña de pescar. Te das cuenta, asímismo, de que hay gente que te tiende una mano simplemente porque le inspiras confianza. Te das cuenta de que quienes te acompañan en este bache te estaban indicando las puertas de salida y tú erre que erre con la piedra.
Al final comprendes que la vida es una oportunidad constante. Para qué coño quieres un coche grande o una casa en la playa si por empeñarte en no perder eso resulta que igual pierdes lo único que el dinero no puede comprar?
Amigo: abre puertas, fluye, escucha, confía en el prójimo, quiérete y déjate querer. El paro es una oportunidad de reinventarte, de sacar partido a tus virtudes, de entender que no puedes supeditar tu vida a una nómina, que el mundo en el que vivías instalado en realidad no existe.
Las personas buenas te quieren por lo que eres, no por lo que puedes llegar a ser.
Un Ford Focus mola mucho. Un trabajo que te permita comer mola mucho. Tener la cabeza llena de proyectos ilusionantes mola mucho más. Sé aquello que soñaste. Sé aquello que querías ser. Si crees en ti, los demás creerán en ti.
Que no te importe perder unos ladrillos o unos pocos caballos de potencia; que te importe perder todo lo demás.
Observa a los tuyos desde la distancia. Encuentran la felicidad en cosas sencillas y tú les estás complicando la vida. No dejes que tu situación, tus malas decisiones, tu inseguridad, tu falta de confianza o tus miedos te conduzcan a una puerta sin salida.
Haz caso a las señales. Abre puertas.